Si te encontrases un fuego en tu cocina, inmediatamente te pondrías a sofocarlo.
Pero los pensamientos, sentimientos y sensaciones dolorosas están dentro de nosotros y no podemos simplemente deshacernos de ellos. Los problemas internos, a diferencia de los externos, requieren un enfoque diferente si no queremos iniciar una guerra civil en nuestro interior.
Ese enfoque diferente es la Terapia de Aceptación y Compromiso. El estrés, la ansiedad, la depresión, el dolor por un cambio o una pérdida, sentir que no se está a la altura o que no se es «suficientemente bueno» son ejemplos de experiencias internas dolorosas y nuestra mente intenta aplicar las estrategias de resolución de problemas que tan bien funcionan cuando se trata de sucesos «externos»: deshacerse del problema como sea. En este caso nos convence de que nos deshagamos del dolor mediante distracción, negación, preocupación, adormecimiento con substancias, libros de autoayuda, fármacos, autolesiones o pensamientos suicidas, por poner algunos ejemplos.
Cuando este mecanismo de resolución de problemas no funciona, algo que es habitual, genera una enorme cantidad de sufrimiento y mientras nos mantiene ocupados peleando con nosotros mismos nos aparta de vivir la vida que deseamos vivir, de ocuparnos de lo que es verdaderamente importante para nosotros.
La Terapia de Aceptación y Compromiso o ACT te ayuda a aprender habilidades para vivir tu vida en el aquí y ahora, para dedicar menos tiempo a pelearte con tus pensamientos, sentimientos y experiencias dolorosas y dedicarlo a tus valores y objetivos importantes. Te ayuda a aclarar o descubrir qué es lo que aporta valor a tu vida, lo que hace que merezca la pena ser vivida, y a reunir el coraje para vivirla. Y es que, en ocasiones, lo que evita que ejerzamos nuestra libertad de elección es precisamente el miedo a ser libres, que se traduce en perfeccionismo, miedo a tomar decisiones o miedo, en definitiva, a marcar tu propio rumbo y asumir esa responsabilidad, que lejos de ser una carga puede llegar a ser un valor y enriquecer enormemente tu vida. Durante las sesiones aprenderás técnicas de mindfulness o atención plena y aceptación para que puedas responder de un modo muy diferente a las experiencias internas dolorosas. No se trata de rendirse, darse por vencido o tolerar el dolor. Tampoco se trata de pelearse con las emociones, ni de controlar o cambiar tus pensamientos. Se trata de sentir todo lo que ofrece la vida, sin que el impacto de esas experiencias te impida focalizarte en lo que te importa.
Hay que tener presente que por muy efectiva que sea una terapia (y ACT lo es), no todo el mundo se beneficia. Tú mismo irás valorando si te resulta de utilidad o no y yo te iré pidiendo tu valoración para saber si vamos por buen camino. Y también hay que tener muy presente que podría ser un proceso doloroso, podría haber momentos difíciles o estados de ánimo desagradables al enfrentar experiencias que previamente se evitaban y la decisión de si eso merece la pena es enteramente tuya.
Si consideras que este tipo de terapia puede serte útil y decides probar conmigo, estaré encantada de acompañarte y poner todo mi conocimiento y experiencia a tu servicio para que puedas vivir una vida plena y con significado, para que puedas llevar el timón de tu vida y mantener tu rumbo a pesar de una mala mar.